En septiembre, mes patrio, solemos hablar del tequila, el mariachi o la gastronomía como símbolos de identidad. Pero hay otro motivo de orgullo que pocas veces aparece en la conversación: el 85% de las franquicias que operan en México son mexicanas. Sí, detrás de miles de negocios que vemos todos los días —cafeterías, restaurantes, servicios, gimnasios o escuelas— hay un modelo nacido aquí y que hoy se multiplica en cada rincón del país. En FranquiciasHoy te contamos cómo lo hace.
El sector franquicias no es cualquier cosa: representa alrededor del 5% del PIB nacional y genera más de un millón de empleos formales. Esto significa que, además de tacos, pozole y banderas, también podemos presumir que somos potencia en emprendimiento. De hecho, México es el quinto país más importante del mundo en franquicias, con más de mil 500 marcas activas.
La fortaleza del modelo se explica sola. Mientras un negocio independiente tiene una tasa de éxito del 35% a cinco años, las franquicias alcanzan un 85% de supervivencia. Esa solidez ha permitido que, incluso en tiempos difíciles como la pandemia, ninguna marca desapareciera del mapa. Al contrario, se reinventaron con dark kitchens, modelos híbridos y plataformas digitales para no dejar de crecer.
Y lo más importante: las franquicias mexicanas son profundamente locales. Tres de cada cuatro utilizan insumos nacionales, lo que fortalece cadenas productivas regionales y genera oportunidades en comunidades que de otro modo quedarían rezagadas. En otras palabras, cuando invertimos o consumimos en una franquicia hecha en México, también apoyamos al productor de leche en Jalisco, al impresor en Querétaro o al desarrollador de software en Monterrey.
Por eso, en este mes de banderas y orgullo nacional, vale la pena reconocer a los negocios que día a día crecen bajo el modelo de franquicias. Con cada apertura, con cada empleo y con cada historia de éxito, las franquicias confirman que el espíritu emprendedor también es parte de nuestra identidad.
