Cada junio pasa lo mismo: los logos se llenan de arcoíris y por un momento parece que todas las marcas son aliadas de la comunidad LGBTQ+. Pero cuando termina el Mes del Orgullo… muchas desaparecen como si nada hubiera pasado.
Este fenómeno se llama pinkwashing, y es cuando una empresa dice apoyar a la comunidad LGBTQ+ solo para verse bien, pero no respalda ese “apoyo” con acciones reales. Y sí, cada vez más personas se dan cuenta.
Entonces, ¿qué puede hacer una franquicia si de verdad quiere conectar con la comunidad y no quedarse en la superficie? En FranquiciasHoy te lo contamos
1. Empieza desde adentro
Antes de hacerlo público, las franquicias tienen que ser introspectivas. ¿Tienen políticas claras contra la discriminación? ¿Ofrecen beneficios igualitarios? ¿Escuchan a sus empleados LGBTQ+? Si no hay un ambiente inclusivo interno, cualquier campaña externa es hipócrita.
La inclusión real empieza en el equipo. No es solo una cuestión de imagen, es de valores.
2. Escucha a la comunidad (y dales espacio)
No se trata de poner a una pareja gay en un comercial y listo. Las marcas que se ganan el respeto de la comunidad LGBTQ+ son las que trabajan con personas queer en sus equipos creativos, en sus decisiones de marketing, en sus eventos… ¡en todo!
También es clave apoyar a creadores, artistas y organizaciones LGBTQ+ durante todo el año, no solo en junio. Desde colaborar con centros comunitarios, hasta patrocinar eventos o donar a refugios para jóvenes queer, hay muchas formas de tener un impacto real.
3. La transparencia es cosa de hoy
Ya no nos conformamos con cualquier cosa. Se buscan marcas que sean honestas: ¿A quién están apoyando? ¿Cómo lo hacen? ¿Qué está cambiando realmente?, se trata de llevar valores y creencias de frente. Publicar cifras, compartir historias reales, rendir cuentas... todo eso ayuda a construir confianza y demuestra que el compromiso es en serio.
4. Las acciones sí tienen un impacto
En muchos países se siguen aprobando leyes discriminatorias, crece la violencia contra personas LGBTQ+, y se intenta borrar avances logrados con mucho esfuerzo. Por eso, cuando una marca se compromete de verdad, puede marcar una diferencia enorme. Ya no se trata solo de ser “inclusivos”, sino de usar su voz, sus recursos y su influencia para proteger derechos y visibilizar realidades que no siempre reciben atención.
Ya lo ves, invertir tiempo, recursos y atención en la comunidad LGBTQ+ —no solo en junio, sino todo el año— es lo que marca la diferencia entre una marca que conecta y una que solo está siguiendo la moda.